Desde que era muy pequeña me encanta leer. Era la típica niña a la que su madre le leía cuentos por la noche, una y otra vez, no me importaba volver a oír la misma historia, me encantaba escuchar al malo en voz de mi madre, repetir en mi cabeza el mismo final feliz y dejar volar mi imaginación. Íbamos a varias librerías, pero Gil fue desde siempre la que más nos gustó y la que más frecuentábamos, en parte por la cercanía, pero también por el trato y la familiaridad con la que se atendían a los clientes. Primero me paseaba por la zona infantil, mientras mi madre me compraba libros llenos de imágenes, fábulas con animales, cuentos clásicos y libros con plegables, ventanitas, puertas que se abrían... A medida que pasaban los años fui moviéndome hacia la derecha en la librería, 0 a 3 años, 3-7, 7- 12 etc. Me costaba decidirme y podía quedarme horas (para disgusto de mi madre), debatiéndome entre dos libros. Kika Superbruja, Gerónimo Stilton y otras colecciones llenaron pronto mi estantería. A los 10 años conocí a Laura Gallego y leí montones de libros de fantasía, aunque ahora mismo prefiero el realismo y el misterio.
Aunque mi experiencia en Labor Eso propiamente no me ha servido para decidirme sobre mi futuro laboral, ni para lo que quiero estudiar, me ha sido útil en muchos otros aspectos. He mejorado en cualidades como la responsabilidad, la coordinación con otras personas, la rapidez etc. He tenido muy buena relación con los empleados y he logrado sentirme útil y realizada. También he aprendido acerca de la literatura actual, se hablar acerca de los libros y autores de éxito del momento, los que más se venden en la librería y los que están desfasados. También me he dado cuenta de que es un trabajo más duro de lo que jamás imaginé, cada mínima acción esconde un largo y tedioso trabajo. Estoy muy agradecida de que se me haya ofrecido esta oportunidad y de que se me haya orientado en ella. Pienso que Labor Eso es muy buena iniciativa.
Sin duda repetiría la experiencia.
